El secuestro de los Derechos Humanos, por Pablo Mora Pérez
Decía Hobbes que el Estado era un “dios mortal”, entre sus tentáculos en esta fatídica crisis nos encontramos, mientras nos dan pan y circo para no ver que el Estado en su afán de su propia supervivencia, está aumentando. Dentro de esta crisis o mejor dicho; dentro de esta estafa perpetua llamada Estado del bienestar se están lanzando mensajes que llevan años repitiéndose cual canción popular se tratase, esta fórmula se basa en dos pilares: más Estado y más Derechos Humanos.
Los liberales, o al menos los que nos consideramos liberales no teológicos (no dogmáticos) tenemos la misión de dar a conocer la siguiente consigna: Menos Estado se traduce en más Derechos Humanos. A ojos de un progresista medio, de aquel preocupado por el alarmismo climático o que piensa que todas las culturas son aceptables y los europeos somos unos etnocéntricos, le puede parecer una locura, ¿cómo vamos a necesitar menos Estado sí es el Estado el garante de los Derechos humanos?, ¿no es el Estado quién me tiene que regalar una casa, proporcionarme un trabajo y cuidarme cómo sí fuera un ser disfuncional que no se vale por sí mismo? Lo cierto es que la declaración universal de los DD.HH se remonta a 1948, pero anteriormente ya existían autores liberales como Thoreau el cual ya reclamaba la abolición de la esclavitud humana. Pero la pregunta es, ¿cómo unos cuantos progres de mansión, han secuestrado los Derechos Humanos? La cuestión se encuentra en la educación. Pedir al individuo que piense hoy día de forma racional, es equivalente a pedirle a una persona “fitness” que vaya al McDonald´s, lo hará una vez en semana o casi nunca.
Por tanto, nos encontramos ante dos tesituras: personas que se dejan arrastrar por el “ser” un justiciero social y se deja llevar por la propaganda posmarxista de que sólo el Estado puede ser garante de los Derechos Humanos (que por cierto los regímenes socialistas los quiebran uno por uno) o personas que tienen preconcebido la bondad de la izquierda. Lo cierto es que ambas premisas están equivocadas. Cómo bien he dicho anteriormente, el socialismo/comunismo/socialdemocracia y todas las doctrinas que rehúsan del capitalismo están atentando contra la propia declaración de los Derechos Humanos. Es decir, el Artículo 3 que nos habla del derecho a la vida y a la libertad no se cumple en ningún país con tendencia socialista, es más, la vida y la libertad se ven aniquiladas en pos del bien común o la mal llamada “libertad colectiva” y el derecho a la vida y libertad es inexistente sí eres disidente de las actuaciones del propio Estado. Ya vemos los métodos de gulag pero también asistimos en nuestros Estados modernos en una especie de muerte civil por no seguir los dogmas preestablecidos faltando así también al Artículo 9 de esta misma declaración. Los artículos más importantes o más destacables serían los Artículos 17, 18, 19 y 20 los cuales nos hablan del derecho de propiedad, libertad religiosa y de pensamiento, libertad de opinión y de asociación, derechos que deben de ser rigurosamente cumplidos para la mantención de una sociedad no totalitaria. Me llama la atención que no exista el “derecho a no ofenderse” o “el derecho a meter a la cárcel a los intolerantes” que exige mucho la bancada progresista de este país, pero lo cierto es que no, en un Estado de Derecho basado en los principios liberales todos cabemos, a diferencia de las demás formas de Estado en las cuales el “Leviatán es tan grande, que es incontrolable”.
Los Derechos Humanos son pues, una declaración abierta que aglutina aquellos derechos llamados “de segunda generación”, vivienda, alimentación, seguridad social, etc. Lo cierto es que aquí viene la falla: estos derechos no tienen porqué emanar del Estado. Algo que llevan muy bien los EE.UU y aquí, que nos la damos de solidarios no cumplimos mucho es el sentimiento de la comunidad. ¿Por qué la caridad privada o las asociaciones libres no pueden satisfacer dichos bienes?, ¿por qué una cobertura social tiene que ser el Estado y no una institución privada y altruista? Tenemos que repensar estas cuestiones y ponerlas sobre el tablero, el Estado no es garante de los Derechos sociales, la comunidad en su libre organización los va a suplir. Sí pusiéramos en una balanza el trabajo social en un barrio común, quién ganaría; ¿Caritas o un comedor social público? Ahí lo dejo.
Por tanto, aquellos que creemos en los tres pilares fundamentales para cualquier civilización, las consignas de vida, libertad y propiedad debemos volver a utilizar la palabra “derechos humanos”, debemos arrebatar a las ONG´s subvencionadas, a los políticos comunistas disfrazados de socialdemócratas y los Estatistas de salón el monopolio de la defensa de los Derechos humanos que no son más, que la defensa del verdadero liberalismo.